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Primera División

En un pozo

Foto: Olé.com

Otra vez la falta de definición. Una vez más Belgrano fue anémico en la generación de juego y no pudo con Olimpo de local. Empato sin goles y se aleja de la punta.

Se repitió la fórmula. Buscar sin ideas, pelotazos a cualquier lado y esperar alguna pincelada de magia de Lucas Zelarayán que hace varios partidos está perdido.

Nuevamente un partido que se presentaba (y de local) para sacar réditos en un triunfo que lo mantenga en el lote de arriba. Otra vez no pudo Belgrano. No supo en ningún momento como sacar a flote un cotejo complicado ante un rival que se le plantó en el fondo y le apostó a la contra; con una ahogante presión y molestia en cada sector del campo.

Recién al final, en los últimos 25 minutos el "Pirata" sacó a relucir un poco el corazón y generó unas cuantas posibilidades de concretar algún gol salvador; pero fue una ilusión que nunca llegó.

¿Qué pasó el resto del tiempo? Simplemente no mucho. Algún que otro desborde de Lucas Parodi o centros imprecisos todos a las manos de Champagne o peor, directamente afuera.

El visitante contó con la más nítida a los 15 de iniciado el compromiso, cuando Jonathan Blanco sacó un remate de 35 metros - con Olave adelantado - y reventó el travesaño del arquero celeste en una parábola casi perfecta.

Belgrano no contó en esta primer etapa con arremetidas peligrosas. Sólo se puede mencionar un tiro lejano de Federico Álvarez que rozó el palo de Nereo.

Lo antes dicho, sobre el final recién se animó el "Pirata". Entre las más claras aparecen una chance increíble desperdiciada por Mario Bolatti que a cinco metros de la línea de convertir liquidó las manos de Nereo Champagne; también en la última una pelota que quedó picando en el área y Lema sin oposición la mandó alto. De no creer.

El aurinegro no fue más que eso, se abloqueló muy bien en el fondo y no dejó espacios a ninguno. Vino a buscar su negocio a Córdoba y vaya que lo consiguió.

El equipo de Zielinski está claramente en un pozo del que no puede salir, justo en un momento tan importante donde se ve donde está parado cada uno. También hay responsabilidad del propio DT en los cambios que nunca llegan o en las modificaciones que no aportan nada.

Otra vez Emiliano Rigoni no generó nada en 20 minutos. Pero nunca llegó un delantero para dar aire arriba. Mauro Óbolo juega todos los partidos completos, cuando está a una edad avanzada y el físico le pesa. Teniendo jovenes en el banco de suplentes dispuestos a dar todo, nunca tienen su chance.

La realidad es que Belgrano demostró falencias por todos lados una vez más, y no pudo de local ante un rival totalmente accesible. Llegó a las 38 unidades, está quedado; se le alejaron todos arriba, y  se le acercaron demasiado rivales de más abajo de la tabla. Si no sale pronto de esto, no sorprenderá que termine nuevamente en mitad de tabla, naufragando entre lo que pudo ser y lo que no fue.

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